Giordano Bruno es, para muchos, considerado el primer mártir de la ciencia. Fue uno de los primeros defensores de la teoría heliocéntrica y la naturaleza infinita del universo. Giordano Filipo nació en Nola en 1548. Bruno ha inspirado a generaciones de investigadores y ha servido como símbolo en defensa de la verdad. Fue un libre pensador y gustaba de la polémica.
Se dice que en verdad no fueron cuestiones científicas las causas de su muerte sino más bien teologías. Fue condenado por la Inquisición. Bruno era panteista, es decir, creía que la naturaleza, el universo y la existencia misma del hombre estaban fusionadas con el concepto de un ser supremo.
Bruno viajo por toda Europa, haciendo amigos y enemigos también. Paso por Francia, Inglaterra, Alemania, entre otros paises. Sus escritos eran sobre cosmología y física, en su mayoría. Entre sus hallazgos, demostró, aunque con un método equivocado, que el Sol es más grande que la Tierra.
Años más tarde, el papa Clemente VIII lo expulsó de la Iglesia Católica. Sus trabajos fueron quemados en la plaza pública de Roma y él mismo fue condenado a morir en la hoguera. Una vez más, es palpable el hecho de que la religión presentaba un conflicto con la ciencia siglos pasados. Importaba el hecho de cual religión eras, no si eras científico o si eras un ser humano con los mismos derechos de todos. Así fue la humanidad durante muchísimo tiempo y hoy en dia sentimos pena por tiempos asi.
Quizás fueron las circunstancias de su muerte que lo condujeron al altar de los mártires de la ciencia, aunque irónicamente no tuvo aportaciones significativas al desarrollo de esta, el simple hecho de defender siempre lo suyo, creyendo en su verdad lo eleva al altar. Para algunos quizás haya sido un héroe o para otros un provocador. La realidad es que entrego y dedico su vida a la ciencia.
Publicado por: Emilio Rodríguez
Se dice que en verdad no fueron cuestiones científicas las causas de su muerte sino más bien teologías. Fue condenado por la Inquisición. Bruno era panteista, es decir, creía que la naturaleza, el universo y la existencia misma del hombre estaban fusionadas con el concepto de un ser supremo.
Bruno viajo por toda Europa, haciendo amigos y enemigos también. Paso por Francia, Inglaterra, Alemania, entre otros paises. Sus escritos eran sobre cosmología y física, en su mayoría. Entre sus hallazgos, demostró, aunque con un método equivocado, que el Sol es más grande que la Tierra.
Años más tarde, el papa Clemente VIII lo expulsó de la Iglesia Católica. Sus trabajos fueron quemados en la plaza pública de Roma y él mismo fue condenado a morir en la hoguera. Una vez más, es palpable el hecho de que la religión presentaba un conflicto con la ciencia siglos pasados. Importaba el hecho de cual religión eras, no si eras científico o si eras un ser humano con los mismos derechos de todos. Así fue la humanidad durante muchísimo tiempo y hoy en dia sentimos pena por tiempos asi.
Quizás fueron las circunstancias de su muerte que lo condujeron al altar de los mártires de la ciencia, aunque irónicamente no tuvo aportaciones significativas al desarrollo de esta, el simple hecho de defender siempre lo suyo, creyendo en su verdad lo eleva al altar. Para algunos quizás haya sido un héroe o para otros un provocador. La realidad es que entrego y dedico su vida a la ciencia.
Publicado por: Emilio Rodríguez
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